De la despedida y la dignidad.
Mi dignidad esta tan manoseada que se siente indigna, y es que es difícil mantener la frente en alto, la espalda recta y la vista al frente cuando todo a tú alrededor se viene abajo como castillo de naipes. ¿Como mantener la dignidad si las circunstancias, la vista de los otros, yo mismo y mis propios actos la desvirtúan alejándome de ese ideal inalcanzable, tan tatuado en la mente y conciencia de cada uno por las normas de buena crianza, pero que sin embargo sigue siendo tan difícil de definir? Aparentemente uno lleva la dignidad como corona de oro sobre la frente y no somos nosotros los índigos, sino los actos indecorosos que realizamos cuando caemos presa de nuestros propios apetitos tantas veces reprimidos. ¿Qué? ¿Qué es indigno entregarse a los placeres del cuerpo y revolcarse en el fango un rato? Pues yo que he estado con el barro hasta el cuello y que he tocado fondo mas de una vez te aseguro que a veces es solo tocando fondo que se aprende que mas abajo no se puede caer y que e...