Recuerdos...

Recuerdo aquella noche de nevada sobre Santiago, los dos abrazados y desnudos cubiertos solo con mi abrigo frente a la ventana, viendo esa postal navideña que nos regalaba el cielo en pleno julio, recuerdo esas noches de invierno amarrados a fuerza de puro amor y de los 3 grados bajo cero que hacían en la noche y esos primeros almuerzos en el suelo, con las piernas adormecidas a falta de muebles, cuando llenábamos la casa con ilusiones y risas y sueños de futuro que se empolvaron y murieron sumidos en la sombra.
Recuerdo eso primeros días, cuando me iba a buscar alegre y yo cocinaba dichoso, cuando, desbordantes de amor, vociferábamos a los cuatro vientos la fortaleza de este lazo que poco a poco se pulveriza entre mis dedos disipándose en el viento.
Recuerdo cuando confiaba en el con todo mi ser, y mis esperanzas de la vida que siempre he soñado se aferraban a el, centro de mi universo, con la ciega fe del mendigo que recibe un mendrugo de pan.
Recuerdo la tarde en que todo se rompió y mi corazón se hizo añicos a sus pies, mientras el, al teléfono, cantaba la canción traicionera que me desencanto…
Recuerdo tantas cosas que quisiera no recordar, la desazón, el desencanto, la rabia, la ira, la pena y la frustración.
Recuerdo desde el hombre que soy al hombre que era cuando lo conocí y el hombre que era el cuando lo vi por primera vez y no logro recordar por que hemos cambiado tanto ni el camino de vuelta para volver a ser esas personas.
Recuerdo su calor de noche, su risa en mi oído, su cara chistosa, sus dientes de conejo y ese afan en agradarme que para el parece vano y para mi insuficiente.
Recuerdo tantas cosas de el y de mi y de la historia que escribimos juntos, y busco y busco entre tantos recuerdos recordar por que debo seguir con el y evitar que todo esto se convierta en nada mas que un recuerdo…