Lo que se lleva el viento...

Cuando me empareje con Luis me dije a mi mismo “este es, este es el hombre correcto”, hoy, lo pienso y repaso cada vez mas mis palabras buscándole un sentido y tratando de encontrar un motivo para permanecer aquí.
¿Vale la pena? Suficiente tuve a mi juicio con mi propio alcoholismo, con el de mi viejo y con el de mí abuelo, que, dicho sea de paso, no respeto ni el cariño ni la devoción que sentía hacia su nieto ni hacia su hija, mi madre, para entre borrachera y borrachera tratar de penetrarme a mis apenas nueve años.
No quiero cargar con un borracho mas en mi historial, no quiero tener que pasar de nuevo por la humillación de una pareja perdida en los baños de una disco, mientras yo por “dignidad” no lo iba a buscar y a sacarlo a punta de golpes del cubículo en el que se había metido a lamer vergas de extraños…
Hasta aquí Luis no ha dado muestras de ser de la misma calaña, pero aun así, por su comportamiento, no se si vale la pena el esfuerzo de quedarse a ver que pasa con el.
Suficiente he tenido ya con mi pasado para más encima cargar con él en mi presente. Dolores de cabeza no más, gracias, suficiente. No estoy yo, como diría mi abuela, “para esos trotes” ni tengo madera de mártir.
¿No es lo suficientemente patético escribir en un diario que nadie lee mientras “mi pareja”, duerme la borrachera sin enterarse que mierda pasa en el mundo????
Estoy harto, busco motivos para permanecer aquí y no encuentro ni uno. Por que no hay compromiso adquirido, ni perro, ni argollas que sustenten esta charada que poco a poco cae a expensas de su propio peso y de tantas ilusiones hechas…
Quizás simplemente me equivoque, quizás simplemente no era el hombre perfecto y tal vez ni siquiera el hombre adecuado, quizás estaba destinado desde un principio a engrosar mi larga lista de “un maricón mas” y lo que es peor, quizás es tiempo de que abra los ojos y me de cuenta de ello…
Rhett le dijo una vez a Scarlett: “Siempre te sentirás mas atraída por el brillo que por el oro”, tal vez yo soy igual que ella en ese sentido y tal vez la lección que tengo que aprender es que no todo lo que brilla es oro...
Quizás esa es mi culpa, quizás ese fue mi error y también quizás mañana despierte y me convenza de que nada importa, de que todo esta bien, de que este es mi lugar y de que me corresponde seguir aquí.

(Viernes 4 de enero del 2008 a las 5 de la madrugada)