Calor


Son las 16:00 hrs. en Santiago y el termómetro marca exactamente 29° Celsius. El ventilador esta encendido, el trabajo terminado. Algunos expedientes descansan en el escritorio pesadamente, algo aletargados también por el calor. Ya me he soltado la corbata, hoy no tengo clases por obra y gracia de los chóferes de microbús que en protesta por yo no se que, se fueron de paro, dándome una deliciosa tarde libre.

Me hago un mea culpa. Hoy me había propuesto escribir algo diferente, algo “profundo”, basta ya de hablar de juergas y deleites, pero no pude, no me pude traicionar a mi mismo. Tal vez no soy sensible y soy solo sensitivo, eso me rige. Como profundizar en mi psique si solo puedo pensar en quitarme la ropa, en lo deliciosamente sensual que se siente en mi espalda la ráfaga fría del ventilador, por primera vez al máximo desde el verano pasado, y en las ganas que tengo de beberme una coca-cola con hielo o una copa helado de piña con sombrilla en la gelateria de la esquina.

El clima esta caliente y mi temperamento también lo esta, durante el invierno, como los osos, mi libido durmió al amparo de los 2° que hacían, pero hoy despierta con hambre acumulado haciendo lucir sus efectos en mi cuerpo, mis labios se han llenado de sangre, mis ojos se ven mas grandes, mi piel mas dorada y mi bajo vientre esta mas inquieto de lo que había estado en semanas. Tengo ganas de lanzarme a la buena vida, de comer, beber, retozar desnudo al tu lado y bajo la sombra de algún árbol hablar de la vida de los dos, de soñar, de reír sin parar, de fumarme un pito y ver tranquilamente las horas pasar.

Hoy no es día para profundidades a no ser que de las de tu cuerpo se trate. Hoy la briza me acaricia como quisiera yo acariciarte a ti. Hoy el sol nos hace un regalo, yo no se tu, pero yo lo voy a aprovechar al máximo.

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