Fin de semana


Otro día de locos comenzaba, desperté con la boca seca en un cuarto extraño, desnudo y acompañado, como pude agarre mis pantalones que estaban en el suelo, me los puse a prisa y busque la hora en el celular, las seis treinta. El vago recuerdo de que por el turno entraba a trabajar ese sábado a las ocho de la mañana me hizo vestirme con velocidad, y partir a mi casa. Cuando me hallé en la calle no tenía puta idea de donde estaba, luego, cuando me reoriente, caí en la cuenta de que estaba a unas cuadras de mi casa y que mi levante seguramente me había recogido por ahí.

Entre a mi casa a las siete, me duche, cambie y a las ocho estaba abriendo las puertas de mi secretaria, sentado en el mesón de atención a publico fresco como una lechuga, consecuencia seguramente de la brusca despertada y la ducha rápida, efecto que, dicho sea de paso, comenzó a desvanecerse conforme avanzaba la mañana.

A punta de latas y latas de coca-cola me mantuve en pie, como nunca el turno fue extraordinariamente expedito, por lo que a las 13:30 ya estaba libre y buscando que hacer, almorcé en el “Food Garden” una tarta de verduras con ensaladas, lo único que mi vapuleado estomago podía soportar y me las emplume hacia la clínica, lugar al que la Magda había ido a parar, T.E.C. cerrado de por medio y donde llevaba ya tres días a gelatina y jugo. Estuve con ella unos minutos, (el horario de visitas es restringido,) y me fui placidamente, parque Bulnes abajo, disfrutando del sol, las gentes tiradas en el pasto, los vendedores y la sombra fresca de los árboles. En eso, una idea…

_Alo, ¿Pancho?

_Hola guapo, ¿Qué cuentas?

_Aquí, en el parque Bulnes, hecho mierda ¿Te tinca una cervecita en el Bellavista para componer la caña?

_Ya poh, ¿Donde nos juntamos?

_ ¿En el Bellas Artes en veinte minutos?

_ ¿La estación o el museo?

_El museo.

_Ok, ahí entonces, nos vemos.

_Ya, Chau.

Si bien quedamos de vernos en 20 minutos, llegue en 15 y Pancho ya estaba ahí, sentado en la escalera con grandes anteojos negros.

_ ¿Entramos?

_ ¿Donde?

_Al museo poh, hay una exposición de Warhol.

_Ya bueno.

Desde la exposición de Rodín, unos meses atrás, que no entraba al museo, las muestras siempre itinerantes ahora tenían no solo a Warhol, sino que también una con temática de La Vega, diseñadores de muebles emergentes y un dibujante porteño cuyo nombre ya no recuerdo.

Salimos del museo, luego de alucinar con Warhol y ver a sus manos retratos de la Garbo, la Taylor y la Monroe entre otras(os) y la emprendimos directamente a Bellavista. La primera cerveza me despertó y la segunda me enfiesto, luego de eso, solo una dirección, mi depto, y un solo panorama, películas viejas. Nos tomamos un manquehito, con la firme intención de ir a bailar luego, pero entre ver la peli y “otras actividades”, nos venció el cansancio y nos dormimos sin meditarlo mucho. Hacia tiempo no pasaba toda la noche acompañado, debo reconocer que me inquieto la añoranza que me produjo la sensación.

El desayuno estuvo tarde y liviano, unas tostadas con palta y té. Mientras lo preparaba pensaba en lo irónico de mi suerte, que me hacia cocinarle a alguien con quien no me unía mas que una amistad (con privilegios, pero amistad al cabo) y que encima tenia pareja.

_Estuve pensando que te estas mal acostumbrando. Cuando conozca a alguien no vas a tener quien te prepare desayuno.

_Ojala eso no pase entonces.

_Por que no, ojala y que pase, ya estoy aburrido de estar solo.

_ ¿Nosotros que somos?

_Amigos supongo, aunque tiremos, esta claro que tienes pareja y yo ya he pasado muchas veces por el rollo de “te juro que te quiero”, “mi otra relación esta mal”. No pretendo enrollarme inútilmente, se que no me tengo que hacer expectativas.

_¿Si?

_Si poh, ¿O dejarías a tu mino después de 3 años?

_No te puedo negar que contigo me pasan cosas.

_Ese es el problema, yo soy como de gusto de hombres comprometidos o de parejas. Yo tengo un ojo...

_ ¿Serás muy exigente?

_Lo que pasa es que se lo que quiero, busco alguien que me encante, pero infaliblemente me encuentro con la barrera de la pareja, si hasta el Feña, te acuerdas, el amigo del Edu y el Donkan, es bien interesante, pero con pareja.

_Nadie es perfecto.

_Ya, tomate el té mejor, que después te toca lavar las tasas… Así se nos fue el domingo, entre ensalada con atún, unas películas rentadas que nunca vimos, una botella de ron que casi se evaporo por el sol de la tarde y otra noche acompañado. En la mañana del lunes al salir a trabajar y dejar a Pancho durmiendo en mi cama, pensaba que tal vez no todo era tan malo, yo tenia compañía y el lo que creyera que le faltaba a su vida. Además, siempre se puede transar, tal vez no tenia lo que quería, pero si lo que necesitaba, aunque el mal sabor de boca de sentirme “el otro” no se me quitaba por mucho que adornara la realidad.

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