Vivir a lo Garfield


Uno es lo que es y eso no puede ser otra cosa, cambiarlo ni negarlo, por ello, hace tiempo decidí no nadar más contra la corriente, ser lo que soy y disfrutar de mi forma de ser. No fue fácil, yo diría que es consecuencia de conocerte mejor. Con el tiempo se te hace cada vez más difícil engañarte a ti mismo y convencerte de que quieres cosas que en realidad no quieres y que necesitas cosas que en realidad no necesitas. ¿Tienen idea lo difícil que ser gay hoy? Y lo que es peor ¿Tienen idea lo difícil que es para mi ser gay hoy? A decir verdad, a mí, a estas alturas ya me hace gracia la cosa. Y es que técnicamente lo tengo todo. Soy un tipo medianamente atractivo, educado, refinado, económicamente, por ahora, estable y tengo la posibilidad de codearme con gente bien, entendiéndola como la gente con poder, fina, elegante, con clase, educación y que además embandera un genuino y constante interés en mi (y no hablo solo de lo físico). Aun así, todavía y desde hace ya mucho tiempo, estoy solo. La cosa en realidad no es tan difícil de solucionar, seria cosa de aceptar invitaciones que me han hecho uno que otro extranjero influyente que he conocido, autoridades de la institución en que trabajo o alguno de los escritores, periodistas, pintores, fotógrafos o actores con los que me he enredado y que en otra época estaban muy bien para mi, por que anhelaba ese “roce cultural”. Pero ahora los rechazo. La excusa digna es que “no es correcto”. Según el caso, invento: que por que eres mi jefe, que por que ocupas un cargo de poder, que por que eres muy publico, etc., etc. El asunto es que siempre me escabullo y la cosa no suele pasar de alguna encamada (o algunas si el tipo en cuestión y yo tenemos buena química) y un par de cenas románticas y elegantes. El asunto, lo complicado y lo gracioso para mi es que yo soy mucho mas simple que eso. Yo soy lo que se diría: “UN ROTO ESCUELIADO”. No se me mal entienda, cuando voy a una tertulia, exposición, lanzamiento o cena, lo hago con genuino interés, soy de los que disfruta y se deleita con esos lugares y ambientes, pero me empapo de lo que necesito, absorbo lo que me interesa, veo lo que me llama la atención y me voy.

Yo soy un gozador. Me gustan las cosas buenas, pero: ¿Quien dice que lo bueno y lo fino van de la mano siempre? Se de arte, literatura, historia, cine, pero debería por eso, por mantener un “nivel”, excluirme de la parte mas “popular” de nuestra cultura.Y es que yo prefiero “La Vega”, “Patronato” y “El Persa Bio-Bio” que el “Alto las Condes” o “La Dehesa” y lo paso bien en “Las Vacas Gordas”, “El Liguria”, “La Casa Naranja” o “El Capricho Español”, pero me rio a destajo en “la piojera”, “Los Canallas” “El Boliche” o simplemente en el cuchitril de la esquina con mis amigos de juerga. Prefiero la comida chatarra que las delicattesen y cada vez que tengo tiempo libre prefiero dormir que ir al gimnasio.

No soy lo que se supone debería ser un gay. No uso ropa de marca ni me fijo en la de los demás. Prefiero ver una película de humor picaresco que un desfile de modas, “los Simpson” a la teleserie de las ocho y si esta en mis manos elegir, la comodidad a la elegancia. No uso perfume ni uso cremas y no me endeudo para aparentar lo que no soy. Los hombres cultos me fascinan, pero un letrado me aburre miserablemente. La unión de las almas es importante, la búsqueda del amor la razón de vivir, pero la química sexual me mueve. Según yo, toda conversación mejora con una botella de vino y entre mas aceite tenga la fritura, mas sabrosa esta. Como diría Paloma San Basilio: “Si tu eres así, que suerte que ahora estés junto a mi”

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