“Compras navideñas” o “Los premios Oscar de la amistad”

Si dejo completamente aparte el sentido real de la navidad (el nacimiento de Cristo, una festividad familiar, la celebración de los niños) y me enfoco en el concepto individual más práctico de esta fecha, debo decir que al menos para mí, la navidad es el equivalente a “Los premios Oscar de la amistad”.

Es que al tener un presupuesto siempre apretado (aunque hoy por hoy ya respiro mas tranquilo a ese respecto), nunca me alcanza para comprar regalos a todos los que quisiera, lo que también es un alivio, por que al más tener, seguramente terminaría, o comprando regalos por cumplir o a los que derechamente no me importan un cuerno.

El asunto es que a fin de cuentas termino comprando regalos a aquellas personas que en ese momento (el fin de año) siento mas cercanos. Una decisión que no deja de ser injusta y arbitraria, por que terminan quedando fuera los que viven lejos, aquellos a los que veo menos y a veces premiando a los inconstantes que por azar me acompañan en esa determinada recta del camino.