Veleta...

De todo cuanto he hecho en estos días creo que hay muy poco que contar, si bien a mis jornadas les faltan horas y les sobra actividad, de tanto, tanto que estoy haciendo, no se muy bien como filtrar y separar entre lo que quiero y lo que ya me comprometí a realizar.

Muchas voces, muchas caras, pero nada que me logre por completo interesar, quizás solo el fragmento de una charla, quizás un café, una copa y nada más.

Y es que egoísta en mi egoísmo, solo hablo de lo que quiero hablar, cambiando a Sancho, Pancho y Diego, por Julio, Nerón y Baltasar, y a fin de cuentas, si es uno u otro ¿Qué mas me puede interesar?

Es que soy un amante desenamorado, un libertino en libertad, y busco llenar vacíos, llenar espacios de soledad, con conversaciones mas superfluas y vacías que el vació mismo que busco llenar.

No quiero enredarme en mi lengua, no quiero volver mis pasos atrás, no quiero que este torbellino de fiestas y apariencias me arrastre y me evite ver cuando parar o que, como antaño, no sepa decirme hasta aquí nomás.

Lo de ser un ser sociable no esta resultando, pero tampoco creo que me haga tan mal, es solo que al final de la jornada, al mismo punto vuelvo a llegar.

Si bien antes me sentía estancado, sentía que nada me pasaba ya, ahora siento a vertiginoso paso que nada de lo que estoy haciendo me deja ese “algo más”

¿Qué busco? ¿Dónde lo puedo hallar?

Difícil descubrirlo si no se ni a donde quiero llegar. Al menos ya estoy en movimiento, he roto con el miedo, mis velas he logrado desplegar, solo espero que buenos vientos me libren de estrellarme y encallar.