Para ti en tu cumpleaños:


No sabia muy bien si llamarte, probablemente por eso no lo hice. ¿Para que remover heridas que ya empiezan a cicatrizar? Pensé en mandarte un mail o un mensaje a tu Facebook (a propósito, me gusta mas la foto que tienes ahora), pero considere que te echaría a perder la celebración si lo abrías antes de salir a festejar, o el día, si lo habrías a la mañana siguiente, y en vista de que las cosas están tan tranquilas, ¿Para que arriesgarse?...
Pero ya sabes, esta maldita costumbre de decir siempre la última palabra y de no quedarme con las cosas dentro me obliga a sacarlas de mi pecho aunque sea en esta forma en que tú nunca lo vas a saber.
Solo quería decirte que te quise y que espero que lo hayas sentido, que me he enterado de muchas cosas de ti, como tu “onda” con tu amigo el doctor (Pacheco creo que era su apellido) o que cuando te fueron a buscar para irte a viña este verano, estabas con un tipo (lo que podría explicar tu enfermedad y posterior operación), pero la verdad ya no me importa, por que al fin, lo que rescato de ti, de nosotros, no son ni las peleas, ni los enojos, ni los malos momentos y ni siquiera esos instantes en los que me apoyaste tanto, instantes que fueron muchos; sino que atesoro todo lo que me hiciste sentir, por que siempre recordare el haber estado tan agradecido a Dios de quererte como te quise y de haberme sentido querido por ti como me quiciste.
Se que ahora ya poco queda de eso, pero gracias por devolverme a la vida (y por haberme matado un poco también), gracias por esas noches compartidas, por esos abrazos apretados, por esas caricias dulces y sobretodo por esas miradas llenas de amor que alguna vez me diste. Gracias por haber recibido todo lo que tenia para darte y por haberme sido siempre leal en lo importante, por que se que hubieron veces en que tu cuerpo y tu pensamiento estuvieron en otro lado o con otros hombres, pero tu corazón, tu corazón siempre fue mío... (Si tan solo hubiese podido ser feliz con eso.)
Por eso en este día quiero desearte paz, que la paz te inunde, te rebalse y te llene de gozo, que tus días venideros sean tranquilos y plenos y que tu diario se llene de páginas felices.
Yo desde donde este siempre tendré para ti una oración en los labios y los mejores recuerdos.
Cuida a ese perro que todavía extraño al dormir y llena de orgullo a tu familia, por que se merecen que les des esa felicidad.
Me imagino que estarán, como años anteriores, todos cenando juntos esta noche y yo desde aquí levanto mi copa para brindar con ellos a tu salud: “Por este año y los que vendrán y por que la dicha inunde tu vida”
De quien te recuerda hoy, mañana y siempre, pero muy especialmente cuando arrecia el frío, Mauro




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