Me voy, que lastima pero adiós…


Este blog era mi secreto, mi oasis, mi isla privada, algunos conocidos dieron con ella y guardaron el secreto, se agradece la discreción, pero la dirección llego a manos de mi familia, no la directa, ósea, no mi abuela, mamá, papá, ni hermanos, sino a algunos de mis tíos y primos. La relación con ellos no es mala, pero tampoco cercana y como tienen la costumbre de hablar más de la cuenta, he decidido migrar y cerrar este blog.
Que no se me mal entienda y que entiendan ellos, soy lo suficiente grande como para hacer con mi vida lo que se me venga en gana, mi hermano sabe lo que hago con ella y mi relación con el no podría ser mejor, mi mamá y papá me quieren por lo que soy y si bien el tema de mi inclinación sexual no se ha hablado nunca abiertamente, yo tengo plena conciencia de que ellos lo saben.
¿Cuál es mi preocupación entonces? Mi abuela, ella me adora y no va a dejar de quererme por una cosa así, no lo hizo cuando me vine de Copiapó, cuando deje la universidad en mi ultimo año, ni cuando me fui a vivir a Puerto Varas, pero saber la vida que llevo en Santiago, a sus ochenta y tantos, por lo menos la descoloraría, no por ignorancia, sino por que en la sociedad en la que ella se crió y educo, muchas cosas que hoy se consideran comunes y corrientes no lo eran.
Dirán que a alguien como yo no le debe importar el que dirán, que si vivo feliz a mi manera no tengo por que dar explicaciones a nadie, pues bien, no lo hago, pero espero que entiendan; me importa un rábano lo que piensen de mí mis tíos, mis primos o el resto de la sociedad, pero no soportaría causarle ese dolor a mi abuela, ni su mirada de impotencia por no poder “ayudarme”, ni escucharle decir, cada vez que me llame por teléfono, que reza cada tarde el rosario de la misericordia por mi, como lo hace cada vez que he estado enfermo o que teme que algo me pase. Quizás la estoy subestimando, quizás le doy poco crédito, pero es un riesgo que no quiero correr.
A mis tíos, los que saben de este blog, tengan claro primero que jamás les voy a reconocer ante nadie que yo lo escribo. Segundo, que antes de soltar la lengua piensen en el daño que pueden causar a los que quieren, cosa que no tienden a hacer, ya que hay una serie de malos entendidos y complicaciones que se han producido por su verborrea; y por ultimo, lleno de dolor quiero, antes de que me critiquen, que tengan en claro algo: Yo no se si los gay nacen o se hacen, pero si mi abuelo no hubiera intentado abusar de mi a los nueve años, tal vez todo seria diferente. Además, si yo fui capaz de guardarme eso por veinte años, para no causarle daño a mi abuela ni a mi mamá, no por lo que yo pase, sino por que les echaba por tierra la imagen que tenían de su marido y padre, seria muy cobarde de vuestra parte, destruir todo eso a estas alturas, después de todo, bastante tiene mi mama con tratar de olvidar el intento de abuso que sufrió por parte de su tío.
Como dije, me voy, he pasado todos mis escritos a una nueva dirección y ya me encargare yo de comunicar a quienes corresponda en que lugar me pueden visitar. En lo que respecta a “28 en Santiago”, es, a partir de hoy, un ciclo que se cerró.


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