Sombra
.jpg)
De espaldas se veía cansado y triste, parece que tampoco han sido tiempos fáciles para el, contrariamente a todo lo que se puede deducir por los chismes que me llegan a su respecto sin cesar.
Se veía tan marchito, su pelo se veía opaco, su cabeza tan gacha y su andar algo más encorvado que cuando lo deje, que cuando pasábamos las noches abrazados y que cuando lo conocí. Dios, era tan hermoso…
No puedo negarlo, yo iba a San Diego a buscar libros usados, uno en particular, pero ya no va al caso, porque al salir del Metro y tomar cada uno un rumbo diferente la ansiedad de verle de frente, aunque el no me viera a mi, pudo mas y corrí a la siguiente esquina para tratar de alcanzarlo, pero lo perdí.
Jamás sabré a donde iba, supongo que a su instituto, jamás podré saber con quien se iba a reunir, pero lo que es peor, jamás podré volver a saber, con solo una mirada de frente y a sus ojos si el esta bien o no…
Comentarios