"Macbeth" o "Carta a Siji"


Santiago, 14 de junio de 2007
Mi muy querido y estimado Sijifredo, me dirijo a usted, mediante la presente misiva, nada mas que para narrarle un extraño suceso que hoy me aconteció, sin otro motivo mas que pensar en que le estoy entregando, al narrarle mi historia, un buen momento y una pequeña alegría, por lo que si el texto, que a continuación le refiero, es capaz de arrancarle aunque sea una sonrisa, me daré por mas que muy bien pagado.
Hace unas semanas, ordenando algunas cosas en la casa, de la que según usted debería tomar posesión absoluta, volviéndome amo y señor del recinto, me puse a hojear unos diarios viejos, al revisar las paginas de espectáculo, que francamente es lo único que reviso de un diario, como para informarme de los últimos acontecimientos en la vida de la Boloco, el Pinilla y la Cote López, nada mas que para tener tema de conversación al otro día, encontré un anuncio de Macbeth, protagonizada por Liliana Ross y un viejo pelado que en ese momento no acerté a reconocer, pero que luego me entere era Alejandro Trejo. Ante tan sorpresivo descubrimiento, recordé que Macbet es la obra maldita de William Shakespeare, que una maldición parece rondar a sus actores, directores y cada uno de los montajes que se han realizado de ella, que por ello, Vivien Leigh se rehusó a participar en el montaje fílmico de esta, pese a haberse obsesionado con el personaje de Lady Macbeth, puesto que en la representación que realizaron en Londres, ella y su esposo Laurence Olivier, a este le callo un armazón encima, dejándolo afectado por algún tiempo de una pierna, Pues bueno, con todo esto en mente, tome la firme decisión de ira verla antes de leer el libro que tengo empolvándose en mi repisa.
El asunto es que revise el anuncio, mire el lugar, la hora y los días en que se presentaba. Hablaba de Jueves "Populares", con entradas a un precio de 1500 pesos, ósea, no podía darse todo de una forma tan conveniente para mi, por que justo dentro de una semana, tenia libre el jueves y estaba pensando en que hacer para no aburrirme.
El caso es que corte el anuncio del diario, lo recorte con unas tijeras en mi pieza y posteriormente procedí a depositarlo bajo una de esas cosas que guardo de recuerdo y que suelo usar de pisa papel para darles algún sentido de utilidad, sin volverlo a revisar nuevamente hasta el día de hoy.
Comencé a ver con quien iba, tu eras la opción lógica, pero con tu horario eso resultaba imposible, al igual que Pancho, que claramente comparte contigo su horario y sus responsabilidades en el local son mucho menos flexibles que las tuyas, de las otras locas que conozco, ninguna sabia ni escribir Macbeth, así que no sacaba nada, mi ex jefe era muy latero y quería disfrutar la obra y no tener que ponerle atención a el y a sus rollos existenciales de juez gay separado que gana mensualmente dos millones de pesos, así que lo mas idóneo era ir con Gonzalo, que mal que mal tenia auto, ósea que me podía acercar, es un hombre culto e inteligente, con quien podía comentar la obra después y que seguramente podría entregarme esa vuelta de tuerca o perspectiva en la que yo no había reparado, quizás hasta fumarnos uno de esos pitos verdes que el fuma de vez en cuando mientras hablamos y se sienta a escucharme, y que si llegábamos a ponernos "dicharacheros" hasta un polvo de aquellos me podía a mandar, antes de irme a mi casa, por lo que sin darle mas vueltas al asunto decidí llamarlo a su casa, pero ohhhh, tenia el teléfono cortado, aquí entre los nos, Gonzalo debe estar bien cagado de plata para no tener teléfono; pero "no importa", me dije, mañana lo llamo al celu. El problema fue que como ayer salí y hoy me levante tarde, en pijama nada mas, me pusea a hacer las cosas y no lo llame, me metí a la ducha como a las ocho y nada mas cuando iba saliendo para el teatro lo llame de un teléfono publico para que me dijera si iba o no, total, tenia para arreglarse lo que me demorara de mi casa a la de el y luego, en auto llegábamos en un rato, y si no, yo alcanzaba a tomar el metro, encontrar el lugar, que para mi, que aun no me corto las trenzas de provinciano, me es como medio dificilito y buscar un buen puesto, por lo que imaginaba que llegando a las nueve, ósea media hora antes, era un tiempo mas que prudente.
Para variar me atrase, eran las nueve cuando recién estaba llamando a Gonzalo:
_Hola, ¿Cómo estai?, le dije.
_Hola, bien ¿y tu?
_Bien también, oye, ¿Que estai haciendo?, le dije, como para que me dijera que nada, creyendo que lo quería ir a ver, entonces yo le iba a pedir que me hiciera un favor, el iba a pensar que el favor era si lo podía ir a visitar y no se iba a negar, porque como casi siempre voy todo cagado y el es el que me arregla y desenmaraña la cabeza, de negarse se iba a sentir culpable e iba a quedar preocupado por mi, entonces, luego de que dijera que si, le iba a largar que había una obra que yo quería mucho ir a ver y que si me podía acompañar, que yo lo invitaba, (pero no le iba a decir que costaba 1500 pesos la entrada) y le iba a tener que dar un montón de argumentos, para que por ultimo, por aburrimiento me acompañara y lograra sacarlo de ese claustro en el que se encuentra cada vez que lo voy a ver y del que me encanta abstraerlo cuando lo visito y me rió de sus tonteras y el se ríe de las mías.
_Estoy en el sure, me dijo, mandando a la mierda toda la charada que había montado en mi cabeza respecto de lo bien que lo iba a pasar esa noche con ese mérmela que todavía se tapa la cara como si fuera un cabro chico cuando le quieres tomar una foto, por mas que yo trato de explicarle que hace muchos años quedo demostrado que las cámaras fotográficas no le roban el espíritu a los hombres, como seguramente creían sus ancestros y mas encima estaba con el Enrique, lo que volvía mas incomoda la llamada, así que atrasado, me mordí la lengua por haber perdido tiempo llamándolo a ultima hora y me las emplume a la estación Ricardo Cuming, tome el metro, me baje en la estación en la que indicaba la publicidad, la saque del bolsillo para revisar la dirección, decía que estaba en Matucana con Moneda, así que sin tener muy claro donde estaba, me las empine con dirección a la Alameda.
Cuando vi nombres de calles conocidas en las esquinas suspire aliviado, sabiendo que me faltaba poco, mire la hora y eran las 9:15, tenia quince minutos para que empezara la función, pero ya estaba muy cerca, puesto que desde mi ubicación, podía ya divisar el teatro.
Cruce una avenida que no se como se llama, cruce nuevamente en la esquina y llegue, estaba por fin ahí, no sabia donde estaba la entrada, pero justo venia un grupo saliendo y yo podría entrar por ahí o al menos preguntar por la entrada, mire la hora, faltaban 10 minutos, no iba a quedar muy adelante, pero no perdía la fe de alcanzar una buena ubicación desde donde se viera bien. Quería ver a Liliana Ross en teatro desde que monto "3 mujeres altas". Años atrás, en Copiapó, la vi en "las brujas", pero era comedia y quería verla como actriz dramática. Por fin sale el último del grupo y yo asomo la cabeza, un portero afirmaba suavemente la puertecita del portón.
_Buenas noches, disculpe, pero ¿Por donde se entra? Es que vengo a ver una obra
_No poh, ya empezaron.
Lo miro como diciéndole: "no amoroso, esta equivocado, faltan 10 minutos y usted me esta haciendo perder un tiempo precioso que yo podría aprovechar buscando un buen lugar o yendo al baño, por que con este frío estoy que me hago", pero solo le digo:
_Pero faltan diez minutos.
_No, me repite el, las dos ya empezaron, la ultima función empieza después de las ocho y media.
Yo no entendía de que me estaba hablando, la obra que yo venia a ver era Macbeth y empezaba a las nueve y media, claramente ese hombre no tenia idea de lo que hablaba.
_Y no hay quien me pueda dar información, una oficina, un folleto???
_Nooooo, me dijo, ya esta todo cerrado, si ellos también se quedaron afuera, dijo mientras me apuntaba al grupo que acababa de salir, ellos también llegaron atrasados.
Pero yo venia con 10 minutos de adelanto, y ahí lo entendí, el diario era viejo y quizás habían cambiado la hora de las presentaciones y como no revise la información que tenia, nunca me entere.
No se que cara puse que el hombre me miro con lastima y me dijo:
_Va a tener que venir otro día mejor, lo siento poh amigo.
_Gracias, le balbucie con la cabeza gacha mientras giraba sobre mis pies saliendo del lugar.
Ya afuera pensaba la mala suerte que tenia, que tenia tantas ganas de ver la Macbeth y que ya no iba a tener otro jueves libre hasta dentro de dos semanas.
Busque en mi bolsillo y saque el arrugado anuncio, pucha pensé, si hubiera revisado el diario hoy, lo abrí y mire el horario por primera vez en semanas:
FUNCION: JUEVES A SABADO
21 HORAS
Y me imagine al Pancho diciéndome con el seño fruncido: Pero esas cosas hay que revisarlas, hay que considerarlas. ¿Cómo es posible?!!! Y suspire de alivio por que no me pudo acompañar. ¿Te imaginas si lo hago llegar tarde al bar? Cruce la avenida, encendí un cigarro y ahora me encuentro en un ciber del barrio Brasil refiriéndole mi historia.
Un abrazo grande, lo quiero mucho, mañana hablamos.
Mauro

Comentarios

mauro ha dicho que…
cómo tan pajarón? ( no en mala , pero objetivamente)

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