"La maldicion de Macbeth"

Después de dos semanas esperando tener otro jueves libre, de buscar acompañante, ya que Gonzalo no podía por que tenia a su abuela enferma e iba saliendo a Olmue el martes para volver recién el lunes proximo a Santiago; de considerar la posibilidad de acudir con Erick, que después de una agradable charla telefónica acepto encantado, no sin antes reírnos del día del aniversario del “Friend´s”, cuando el fue invitado como publico y se encontró a su ex atendiendo las mesas en ropa interior, quedando tan impresionado que apenas vació su copa se fue sin despedirse.
Después de que trasnochado, cansado, pero feliz tome un taxi a Matucana 100 para comprar las entradas con antelación, con este frío seco reinante por estos días en Santiago, esto previo intento telefónico días atrás para tratar de reservar, cosa que no era posible. En suma, después de esperar como necio dos semanas y de tomar todas las salvaguardas que se me ocurrieron para disfrutar del asunto a cabalidad, me encuentro a las cinco y media frente al diminuto kiosquito de Matucana 100 donde venden las entradas, con un letrero impreso en un computador, comunicando que las entradas se encuentran agotadas.
Dado lo anterior y tomando en consideración que solo se presenta hasta el 1 de julio y que por una cuestion de tiempos ya me es imposible verla, caigo recién en la cuenta de que la leyenda por mi parte se cumplió, la maldición de Macbeth existe y el no haber podido verla, para mi es la prueva tangible de ello.

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