E-m@il a Pancho...

Santiago 5 de Junio de 2007
Pancho:
Te prometo que esta es la última vez que te busco y que este va a ser mi último intento de acercarme a ti, por lo que solo te pido que termines de leer este mail y luego continúes si lo quieres, como hasta hoy ignorándome y volteándome la cara en la calle cada vez que nos cruzamos.
Pancho, yo no se que es lo que te pasa conmigo, pero te voy a contar lo que a mi me pasa contigo. Yo tengo tan lindos recuerdos de los meses juntos, de las cosas que pasamos, de las que hicimos y que no he vuelto a hacer con nadie, como recorrer Ricardo Cuming el domingo a las tres de la tarde buscando un Mc Donald´s para chanchear, andar por el centro solo caminando por caminar y de antojados meternos al Fernández Concha a comer cualquier chatarra, de las veces que te pase a buscar a tu trabajo para ir a tomarnos unas cervezas a Bellavista donde ese garzón que ya nos conocia, de las películas en mi pieza, de las conversaciones de tu familia y de la mía, de ti, dibujando al lado de la ventana o taimado por cualquier guevada… en fin, tengo tantos y tan lindos recuerdos de aquella época, por que fue un tiempo bueno, alegre y feliz para mi, en el que tu sacaste lo mejor de mi para entregártelo. Luego las cosas terminaron y no van a volver a ser nunca lo que fueron una vez, pero dime: ¿Vale la pena perder la amistad que logramos construir después solo por estar enojado conmigo? ¿Vale la pena perder todo lo que teníamos? ¿Vale la pena perder las onces con huevos revueltos, las noches abrazados en mi cama, las conversaciones de media noche o el fumarnos de vez en cuando un pito juntos para ver la vida de colores?
Cada vez que yo te veo y te tengo cerca vuelvo a sentir lo que sentía en ese tiempo, esa paz, esa alegría, esa compañía y que lo mejor de mi vuelve a salir. Si tu guardas los mismos recuerdos, si tu sientes una parte de lo que siento yo, entonces salva esta amistad y volvamos a escuchar discos antiguos mientras arreglamos el mundo, si no, respeto tu decisión, pero la próxima vez que nos crucemos será como si nunca nos hubiésemos conocido, visto o hablado, ni la ultima vez, hace unos meses, en esa fría noche, ni hace ya tantos años en esa playa en Coquimbo

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Blanca Navidad llega…

Berta

“Orgasmo” o “Fragmento de una conversación picara”