"Magia" o "¡Si, si, creo en las hadas!"

Hace unos días tuve un sueño, un sueño mágico y recurrente, soñé que estaba en un edificio viejo y que volaba, que podía levitar, y que al ser descubierto por un grupo de niños, mi misión se convertía en enseñarles a ellos a volar, era fundamental que sintieran paz y gozo, de lo contrario no podrían planear, y en eso se fue el sueño, en practicar y practicar el vuelo, hasta que poco a poco mis improvisados compañeros comenzaron a elevarse, pero la alegría de ese triunfo se vio opacada por un ser enorme que comenzó a perseguirnos, por lo que no nos quedo mas remedio que escabullirnos volando, saltando, corriendo y agachándonos por entre los pasillos y recovecos de la gran casona.
Cuando estaba en eso sonó el teléfono y el sueño se desvaneció, ya era muy tarde para retomarlo, pero en el fondo tengo claro que ese ser, que tenia una connotación negativa, sin ser maligno, nunca nos alcanzo, por el espíritu y la alegría que experimentábamos al escaparnos de él y que convertía la aventura casi en un juego.
A raíz de ello comencé a recordar esas cosas “peculiares” que desde siempre he experimentado, que he tratado de explicar y que nadie entiende, como por ejemplo que, no se si es producto de mi imaginación, pero tengo clara conciencia de haber volado en reiteradas ocasiones hasta mas o menos los doce años. No digo que me elevara por el firmamento como superman, pero si tengo la percepción de que en determinadas situaciones podía levitar por varios metros a unos cuantos centímetros del suelo o simplemente elevarme sin moverme del lugar. Una vez me atreví a contárselo a Gonzalo y me invito a comentarlo con una sicóloga…
También recuerdo, que pasados mis 17 años idee, no se como, un método de defensa, en el que cuando me sentía agredido, mi alma me renvalsaba para protegerme y me hacia sentir un calorcito tibio y reconfortante. Eso se esfumo con mi primer intento de suicidio.
Tiempo después, comenzaron los sueños premonitorios, los que realmente lograron asustarme, no por que no fueran un gran don, sino por que todos los sucesos que me anunciaba eran siempre negativos, aun así, logre evitar y evitarle a algunas personas cercanas a mi unos cuantos malos ratos, o prepararme y prepararlos a ellos para los golpes venideros. Recuerdo que habían dos clases de sueños; los simbólicos, que me anunciaban cosas, casi siempre negativas y que no se podían evitar; y los que eran como películas, que reconocía como déjà vu y en los que me tenia que dar a romper la secuencia de hechos para que no se cumpliera la predicción. Estos generalmente me los guardo, ya que no hay como demostrar a los incrédulos que lo que uno dice es cierto, por que al romper la secuencia los hechos se producen de distinta forma a como lo viste en el sueño. El caso es que por miedo comencé a bloquear esta “facultad”, pero de vez en cuando reaparece y me advierte hechos o situaciones que me depara el futuro.
Además, en alguna época he practicado la adivinación, con gran éxito en círculos reducidos, de hecho, con la Pame y la Gaby teníamos todo un número que nos pedían que montáramos en los carretes de la U.D.A. cuando estaba avanzada la noche y que, mazo de cartas en mano, incluía hasta sesiones de espiritismo, mismas que suspendimos cuando descubrimos que, en el antiguo testamento, Moisés ofrece las penas del infierno a los que no dejen descansar a los espíritus y se entreguen a las “artes adivinatorias”, eso sin contar el tiempo en que me dio por analizar firmas y se consideraba tan asertiva mi opinión que durante las vacaciones de invierno que pasamos con el Eduardo y el Kheint en la casa de la Olga, en Los Andes, aprovechamos el puesto de la feria artesanal de la tia para practicar con los clientes y divertirnos un rato.
Yo no se si crea en la magia como la define todo el mundo, por que para mi no es hacer desaparecer autos ni sacar conejos de los sombreros, tampoco se si todo lo que conté fue realmente así o yo, con una imaginación superactiva lo cree y me sugestione a tal punto que llegue a plasmarlo como un recuerdo ficticio, pero si se y tengo la fuerte convicción de que hay facultades que van mas allá del entendimiento humano, que titilan en nuestro interior esperando el momento de manifestarse y que no hace falta demasiado polvo de hadas para despertarlo…

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