Depto.-

Anteanoche volví a mi ya antiguo departamento, Edu y Donkan sacaban las ultimas cosas que les quedaban en el y yo fui a arreglar los últimos asuntos de dinero pendientes, todo acabo en una botella de pisco sour entre tres, bromas pesadas, burlas y risas, fue agradable. Cuando llegue a mi casa a eso de las una de la mañana, luego de que ellos me dejaron, en el taxi de camino a su departamento, en Alameda con Cienfuegos, no pude hacer más que pensar en mi año en el “Edificio Hanga roa” y hacer un balance:

_Lo que voy a extrañar: las juergas con mis amigos, las noches tibias en el bacón, la libertad de andar desnudo en la casa mientras Edu trabajaba, la planta verde que encontré cuando llegue y que anoche se veía marchita por falta de agua, las risas cada vez que Edu estaba de buenas y con ganas de bromear, el cómodo sofá de las siestas del verano pasado, la botillería al lado de la casa, el veladorcito café y la persiana de mi dormitorio.

_Lo que no voy a extrañar: el calefón que cada vez funcionaba peor, la gotera en la cocina, mi cama que sonaba cada vez que “la usaba”, los portazos de Edu cuando sentía mis pisadas en la escalera, sus caras largas, cerrar la llave de paso cada vez que salía, la incomodidad cada vez que el Sr. Arcos se dejaba caer.

_Lo que le agradezco a Edu: La sopa de pollo el día que estuve enfermo, su generosidad al recibirme en la que era su casa, lo bien que lo pasamos las pocas veces que salimos juntos, las noches con “la negra” una amiga de el con la que compartí los primeros dos meses mi habitación, el punto de vista tan practico de Edu para ver las cosas.

_Lo que lamento: Que nunca fuimos amigos, que muchas veces por quedar bien me hizo quedar mal.

_La Conclusión: Fue bueno vivir ahí, crecí y aprendí, pero ya era hora de avanzar.