Sobremesa del domingo

En la foto, arriba de izquierda a derecha: Tía abuela Delfia (Delfina), Tía abuela Diosa, Tío abuelo Antuco (Antonio), Tía abuela Geno (Genoveva), Tía abuela Marina, bisabuela Rosa.
Los niños, debajo de izquierda a derecha: Tía Rosa, mi papá, Diosa Chica (Hija de la tía abuela Diosa o de “la Diosa grande”), Julia (hija de la tía abuela Delfia).


El domingo, mientras almorzábamos mi mamá, mi papá, mi abuela, mi hermana y yo, se nos sumaron dos comensales inesperados, llegando cada uno por separado; por un lado, mi tía Rosa, hermana de mi papa, y por el otro mi tía abuela Diosa, tía de mi papa, que a sus setenta y tantos años, posee una memoria y lucidez que ya me quisiera yo.
En un dos por tres mi mamá acomodo dos puestos más en la mesa y los platos humeantes de las visitantes se sirvieron en ella.
Luego de las preguntas protocolares del como estas y como estoy, la tía Diosa abrió los juegos:
_Y Marquitos… ¿Como esta?
_Bien, ayer cumplió tres meses de casado, dijo mi mamá, algo avergonzada por que ninguno de nosotros pudo recordarlo hasta que mi hermano, en su llamada nocturna nos lo recordó.
_Ahhh, entonces debe estar bien. Después del año recien se empiezan a ver uno al otro como realmente son. Menos mal que el Darío (su marido) se mostró al tiro, me va a creer Blanca que estábamos en plena luna de miel, se perdió 3 días y me dejo encerrada con candado.
_Pero como?!!!
_Si pues, si ese hombre era muy bellaco, pero yo no me quedaba atrás tampoco, nunca lo deje que me pusiera una mano encima y así como el se mostró, yo me mostré también y al ratito que se habia ido, me arranque por la ventana, claro que en ese tiempo tenia 17 años no mas pues, podía saltar y correr ligera, y cuando me salte la ventana, con una vecina me conseguí un diablo y le eche abajo el candao. Claro pues, si yo tenia que comer también poh, y me va creer que cuando llego el hombre lo que mas sentía era su candao, se agarraba la cabeza y decía: “pero tu no sabis lo cuesta este candao…
La risa fue general, pero ante la infinites de historias de mi tía Diosa con el difunto tío Darío, el mismo que según ella dice “Tenia una cara pa´ velarlo vivo”, a mi se me ocurrió preguntar.
_Tía y si era tan malo el tio, ¿Por que se caso? ¿O era distinto cuando pololeaban?
Ahí salto mi tía Rosa, que seguramente ya había escuchado la historia alguna vez.
_Noooo, si no alcanzaron ni a pololear siquiera.
_¿Como?, pregunte.
_No poh, retomo la palabra la tía Diosa nuevamente, es que mi papito me pillo en el empalme con el y como mi papa era de pegar no mas donde a una la pillara, yo me metí a una tienda, pero yo iba conversando no mas… siquiera me hubiera pillado de la mano o besuqueándome siquiera.
_¿Y que paso?
_Na poh, se juntaron dos necesidades, el hombre que tenia apuro por casarse y mi papito que me quería casar, y yo como era la mayor pague por las mas chicas, por que el siempre dijo que no quería que le pasara como a un vecino, que tenia 5 hijas y todas habían parido solteras, el decía que no quería pasar la vergüenza de que sus hijas tuvieran huachos y conmigo quiso dar el ejemplo, pero no le sirvió de na, por que después que me case yo, la Magdalena y la Ana igual no mas parieron solteras y la Delfia se caso al punto de tener la guagua…

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