"Rumores de Corte"

Ayer recibí un mensaje en el teléfono, era de Paulina:
“Necesito que mañana me vayas a dejar la plata que te preste. Si no estoy déjala con Magdalena o Viviana”.
Me llamo la atención la molestia implícita en el texto, sin un hola o un como estas, creí que era por que había quedado de devolvérsela el lunes en el almuerzo, pero como dicho almuerzo se cancelo, ella me dijo que le guardara la plata para no gastársela y yo no había tenido tiempo de pasar a dejársela, no se explicaba el tono tan despectivo.
Hoy me levante temprano, hice la cama y me encamine a la Corte a dejar los dineros de Paulina, atrasado como siempre, entro, saludo y le entrego a Pauli sus veinte lucas, no sin antes agradecerle, tratar de excusarme por la demora, aunque como dije antes, ella insistió en que yo le guardara el dinero, y de ofrecerle plata, ahora que yo tenia, si es que estaba en algún apuro, pero ella solo respondió secamente: “No Mauricio, gracias, esta todo perfecto” y se puso de pie abandonando la oficina con excusa de salir a fumar.
_ ¿Que le pasa a esta? Pregunte a Viviana.
_ No se.
_ ¿Anda guevia?
_ Si
_ ¿Conmigo?
_ Si
_ Por la plata
_ No, la Magda te va a decir.
Tanta solemnidad se me hacia rara, sobretodo teniendo en cuenta que el tema de conversación debía ser el choque de Magdalena el martes pasado y su look, muy Kenita Larrain, cuello ortopédico incluido y no las lunáticas atravesadas de genio de la Pauli que todos conocemos y sabemos que no hay que tomar en cuenta.
Cuando Magdalena se desocupo, despacho al abogado que estaba con ella, me ofreció asiento, cordial como siempre y la Viví se me sentó al lado. Solo entonces la Magda empezó a decirme con tono serio:
“Mauro, yo te quiero mucho, pero parece que la cagaste, la Pauli esta hecha una furia contigo, por que supo que corre a nivel de “rumor de Corte” (frase para el bronce), que lo que paso entre ustedes se supo, y se supo por tu boca. Yo no se muy bien que es, no quise ni preguntar, pero la Pauli esta mal, eso la afecto y para mi y Viviana es incomodo, yo la quiero a ella y te quiero a ti y me duele percibir la mala onda, que tu entres y ella salga corriendo o las cosas que habla de ti cuando nosotros hablamos contigo o tu llamas por teléfono, así que por favor arregla eso, habla con ella todo lo que tengan que hablar, si quieren mándense a la chucha, pero soluciona esta situación”.
Pero Magdalena, que voy a arreglar, si eso paso el año uno…
Me sentí ridículo, nunca creí que después de tanto tiempo, lo que había sido sexo entre adultos que consentían, sexo sin compromiso alguno, se volviera una complicación para la Pauli y por rebote a mi, salpicando a la Vivi y a la Magda y con ello la armonía de su oficina; por otro lado yo no podía rehuir la responsabilidad, Paulina, con todo y todo, había guardado el secreto, mas que nada por que era ella la que mas perdía al saberse que mantenía sexo con un colega, de quien, encima, se sospechaba que era gay, por lo que yo, desde cualquier punto de vista era responsable de todo el revoltijo.
Por tiempo y ganas, no me podía quedar a ponerle la cara a Paulina, encontraba ridículo hacer problemas por algo que paso hace tanto tiempo, mamarme sus reproches y su cara larga y, conociendo mi temperamento, todo podía resultar en apagar fuego con parafina. Además, al irse ella de la oficina con mi llegada dejaba claro que no era momento para hablar, por que ella no estaba en la disposición de hacerlo.
Enojado y molesto me fui masticando mi rabia ante la ridiculez e insignificancia del motivo de la ofensa de la Pauli, en esa corte se dicen tantas cosas de tanta gente y todos saben que no hay que tomarlas en cuenta… Además era tan fácil desacreditar los rumores, solo con confirmar que soy gay y que estoy viviendo con mi pareja, pero aun así, en vista de que Paulina es mujer, que estaba en su derecho de sentirse ofendida, de la petición de Magdalena y con el fin de aplacar un poco los ánimos, le envié el siguiente mail. Espero que las cosas, con ello se calmen un poco…

Santiago 07 de noviembre de 2007
Paulina:
Lamento mucho tener que comunicarme contigo por esta vía y más aun en estas circunstancias, pero comprenderás que por tiempo me es imposible hacerlo de otro modo, o con la rapidez y extendiéndome en darte las explicaciones del caso todo lo que quisiera.
Me dice Magdalena que es un “rumor de Corte” que entre tu y yo hubo “algo alguna vez”, que eso te tiene mal y que estas dolida por que tienes confirmación de que dichos rumores salieron de mi boca. En vista de eso, no me queda mas que acercarme a ti, sin afán de hacer más grande el asunto, sabiendo que no puedo deshacer lo ya hecho o el dolor causado a tu persona y teniendo claro el daño irreparable que le causo a nuestra relación de amistad, que si bien es cierto hoy por hoy se encontraba mas bien fría, por el cansancio que me produjeron tus reiteradas negativas a mis acercamientos e invitaciones y tu excesiva sensibilidad a mis comentarios, por lo menos nos permitían un trato cordial.
Parto por el principio y de la manera mas sintetizada posible. Hace mas de un año atrás, cuando paso lo que paso y nos llevábamos de tu departamento a mi casa, salidas de por medio, Susana nos vio llegar casi juntos, lo recordaras por que te bombardeo con preguntas, curiosa como es, insistió e insistió y le confesé, para que frenara sus comentarios que solía lanzar en la cocina de la secretaria, que habíamos pasado la noche juntos, ante lo que ella aseguro discreción. Conociéndote y sabiendo lo susceptible que eres a las presiones externas, preferí omitirte el episodio y seguir sin darle importancia un hecho tan irrelevante, que luego, con el tiempo, quedo atrás y casi en el olvido para todos; después de todo, quien podría dar crédito a las palabras de Amaya, tomando en cuenta que también es un secreto a voces en la Corte que soy gay. Tengo entendido que, hasta aquí, Amaya había cumplido con su palabra, ya que el incidente nunca se filtro ni se oyeron comentarios a ningún nivel y probablemente hasta ella lo olvido, hasta que ahora, que seguramente por la invitación a mi casa, se despertó su curiosidad por saber el sentir de la otra parte, que eres tu. De los detalles íntimos de nuestros encuentros nunca se entero, y a lo mas, cuando preguntaba algo, le decía que había sido cosa de las circunstancias, que no había tenido ninguna relevancia, que no había afectado nuestra relación y que tu, luego de eso, habías comenzado a salir con alguien.
Respecto de que eso fuera tema de pasillos, te aseguro que no, prueba de eso es que en mi grupo más cercano no se ha sabido y ellos siempre están al tanto de los rumores si es que no son los protagonistas.
Realmente lamento el mal rato y los cuestionamientos con los que debes estar tomando caldo de cabeza en estos momentos y también tengo claro que no hay excusa que revierta el daño causado.
No espero respuesta de tu parte y comprendo perfectamente que congeles o termines cualquier relación o contacto conmigo, pero también date por enterada que lamentablemente tenemos amistades comunes y que en vista de ello seguramente seguiremos viéndonos.
Esperando quedes mas tranquila luego de la presente y sin mas, me despido lamentando cualquier percance o indisposición que te pudiera causar y asegurándote, que haré cuanto sea posible para aclarar esta situación tan incomoda para ti, aunque es mas que sabido que en estos casos es mejor restar importancia a los hechos y dejar que las cosas caigan por su propio peso.
Hasta pronto, Mauro

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