Papá...

Santiago 21 de Octubre de 2007. -

Papito:
Hay muchas cosas que digo que voy a hacer y nunca hago, o que digo que voy a decir y nunca digo, por eso, quiero aprovechar ahora que tengo un tiempo libre para contarle varias cosas de mí que quizás por mi lejanía y por llevar tanto tiempo fuera de la casa usted no sabe.
Papi, nosotros pocas veces hablamos, usted es hombre de pocas palabras y yo, como buen Jeraldo, de demasiadas, pero aun así quiero que sepa que ustedes son lo mas importante del mundo para mi y que siempre lo van a ser sin importar el lugar en el que este, que no hay día en que no los recuerde o le deje agradecer a Dios por tenerlos en mi vida, por sentirlos a mi lado, por todo lo que me entregan, por todo lo que me quieren y por todo lo que me han soportado a lo largo de los años, que yo se que no suelo darles las gracias tan seguido como debiera a usted y mi mama por todo lo que han hecho por mi, pero no es por mal agradecido, sino que por que nunca encuentro la forma adecuada de hacerlo y por que cuando quiero decírselos, siento que las palabras como que se me amontonan en la boca y todo suena tonto y vacío, por que no hay abrazo mas fuerte, ni beso más grande que el amor y la gratitud que siento por ustedes.
Papito, también quiero que sepa que hace mucho rato que crecí, que ya soy un hombre grande, que se manejar mis problemas, mis frustraciones y mis sueños rotos, del mismo modo en que aprendí a disfrutar cada pequeña alegría, que se perfectamente la diferencias entre el bien y el mal y que procuro hacer siempre el bien. Que me he caído, que me he aprendido a levantar y que eso es mucho más importante que no haberse caído nunca. Que quizás hay un par de cosas de mi pasado que, sabiendo lo que sé hoy, no habría hecho, pero que fue necesario que las hiciera para aprender a no hacerlas nunca más. Que pese a todo soy feliz, aunque no siempre alegre. Que si no estoy alegre siempre no es por que este triste, es simplemente por que soy algo gueviado de genio. Siempre fui poco expresivo, desde chico, y siempre me di cuenta del como le angustiaba verme triste, pero aunque intentaba disimular, no era mucho lo que podía hacer para verme mas alegre, por que simplemente no lo soy y en realidad me gusta ser así e ir por la vida sin hacer mucho alboroto por nada.
¿Que más? Que aunque no hablamos mucho, creo que lo conozco tan bien como usted a mí y que con solo mirarlo se si esta bien, si esta mal, si esta triste, si esta alegre, si algo le preocupa o si esta feliz.
Que me siento orgulloso de ser su hijo y que cada día que pasa lo entiendo y admiro más.
Que hizo bien su pega, que crío a un buen hombre, con defectos e imperfecciones, pero también con virtudes. Que herede de usted el gusto por la cocina, por Cantinflas, por “Los Tres Chiflados”, por “El Chavo del Ocho”, por Rápale y “La Pampilla”, la costumbre de poner un cubierto extra en la mesa en cada navidad y año nuevo, la generosidad, los celos, la ironía y el sarcasmo, el sentido del humor negro, su preocupación por los demás, el saber que hay cosas mas importantes que la plata y los bienes materiales, la sonrisa, la forma de arquear las cejas y ese brillo en los ojos cuando estamos alegres o con unas copas de mas.
Que aspiro a tener algún día lo que usted consiguió con mi mama, a alguien que me pueda acompañar en la vida y con quien tener ese lazo de preocupación mutua, de complicidad y de cariño que hace que aun cuando las cosas no vayan del todo bien sigan juntos, apoyándose uno al otro, para salir adelante hasta que las cosas comiencen a salir bien otra vez.
Que no estoy tan solo como ustedes creen, que tengo a alguien a mi lado que es lo que buscaba y necesitaba, o que espero que lo sea, y a quien espero que, si las cosas resultan, algún día lleguen a conocer y que aunque pudiera ser que no sea del todo lo que quisieran para mi, se den cuenta de lo mucho que me quiere, lo buena persona que es y de que aunque se que las cosas no van a ser siempre fáciles, ni siempre buenas, estoy dispuesto a quedarme ahí hasta el final.
Papi, con esta carta solo pretendo que sepa que los recuerdo a cada momento y que les agradezco a usted, a mi mamita, al Marquito, la negra y a mi mami la persona que me hicieron y las maravillosas personas que son, que los quiero tanto como ustedes a mi y que aunque viva lejos, hablemos poco y no me vean casi nunca yo estoy aquí para ustedes, tan presente en sus vidas como ustedes en la mía.
Ojala que después de leer esta carta, usted y mi mama se queden más tranquilos, que sepan que estoy bien y que se sientan felices por eso. Que sientan que criaron a un buen hombre, que hicieron un buen trabajo, por que al menos conmigo ya cumplieron y que por fin puedan descansar un poco de las preocupaciones que constantemente y sin querer les doy, así que duerman bien y buenas noches.

Su hijo que lo quiere, Mauro.

Comentarios

Tu padre realmente debe ser un noble hombre. Por cómo te expresas de él, quisiera yo tener tu elocuencia para hablar así del mío, pero uno siempre asume que el padre sabe lo que uno siente y no le dice.

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