Bonita, princesa… Shakira, Shakira

Hasta ayer no sabia por que me gustaba Shakira, creía que era solo por el movimiento de sus caderas, por sus intimas letras o por lo pegajoso de sus canciones, eso hasta ayer, cuando me di cuenta que canción tras canción, me trasladaba a distintas etapas de mi vida.Con “Antología” volví a la época en que Ricardo era el centro de mi vida y recordé lo que era amar de verdad y con entrega absoluta y reciproca; “Pies Descalzos”, me llevo a ese largo 1997, cuando caí en depresión y estaba queriendo ser feliz cuando no me importo un pepino mi destino; “Inevitable”, me trajo a la memoria a la Maria, en Cochabamba, diciéndome: “conmigo nada es fácil, ya debes saber, me conoces bien…”; “Si te vas”, era el tema que cantábamos (o gritábamos mas bien,) a voz en cuello, las dos Paolas y yo, en el auto rojo de una de ellas, cuando íbamos camino a cualquier parte a tomar mate; “La Tortura”, graficaba el fin de mi relación con Ricardo y sus interminables llamadas de reproche, “Día de Enero”, se la dedique al Pancho, cuando luego de terminar, esperaba que alguien le curara los rasguños que te hicieron por ahí y “Hips Dont Lie” a la negra, mi hermana, bailándome en la casa de mis papas.El concierto de anoche fue como una fiesta con cariños cercanos de las más variadas índoles, que aunque no estuvieron presentes en físicamente, lo estuvieron en mi recuerdo y en mi corazón.

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(Mencion especial para el baile de "La Tortura" y la performance del tema "No")