Solitario.-


He estado algo weviado de salud estas últimas semanas, tres días de licencia de por medio (miércoles, jueves y viernes). Afortunadamente ya se descarto lo peor.

Miércoles; Antonieta es la primera en llegar. No me extraña.

Jueves, suena el teléfono varias veces. A las cuatro tengo que ir a buscar un giro, pero pienso: “Puede que venga Jaime”, mi mejor amigo que ayer llego de vacaciones, recuerdo que es jueves; “Ah, no. Hoy juega a la pelota”, y salgo tranquilo, pero con un sabor amargo en la boca…

Viernes, vengo a la oficina de camino de donde el medico para ver si se ofrece algo, veo a mis colegas, están todos preocupados. Voy a almorzar junto a Jaime, la chica, la Clau y la Xime. Comemos pizza. Curiosamente Jaime esta mas preocupado de saber por que deje de tomar que por mi salud, dice temer perder mi amistad.

Pasan los días; visitas al médicos y vuelta al trabajo. Jaime, mi amigo Jaime, esta distante. ¿Se habrá ofendido? Si fue así, solo demuestra que, tristemente, yo tenía razón y que no hay nada más en común, entre mis amigos de happy hours y yo, que el trago a la salida de la oficina. (¿Estoy madurando o me estoy volviendo viejo y fome?).¿Jaime…? Me siento decepcionado de Jaime…

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