Desiluciones



Las cosas no salieron como debían, o quizá es solo que no salieron como yo quería. Todos los "No te preocupes, esta todo listo", se volvieron "Vamos a hacer lo posible por ver que se puede hacer" y terminaron en un "Cualquier cosa te aviso...", pero entre todo el desconcierto, unos amigos me lanzaron un salvavidas momentáneo, volver a las andadas y, bandeja en mano, repartir tragos mesa por mesa. ¿Quién iba a decir que iba a ser yo quien llenara el vacío que dejo Manolito?
¿Mis amigos del trabajo? Distantes, mas por falta de tiempo de ellos y pocas ganas de buscarlos de mi parte que nada. Supongo que es lo natural.
No son días muy alegres en general, el proceso de adaptación puede ser algo quisquilloso, pero siempre me adapto rápido, solo necesito algo de tiempo y hacerme el animo.
En otras noticias, despache a las personas que tenia rondando y que se podrían hacer expectativas de "algo mas serio", mi cabeza no podía lidiar ahora con mis problemas y los de alguien mas.
Paola vino a pasar unos dias a Santiago desde Puerto Varas. Ella es la sobrina de mi jefa en el restaurante "La Olla". Cuando nos acompañábamos y consolábamos, ella era una niñita, llena de esa ternura ingenua de la gente de los interiores de la provincia. El 2005 me vino a ver, ya era una mujer, el rose universitario le habia hecho bien, se veía segura y más confiada en sus capacidades, pero su ultima visita me hizo ver que en alguna vuelta se perdió, aunque solo con 23 años, deja denotar en sus palabras, antes joviales, una cuota de amargura y reproche. Se ha vuelto una experta en el dame y te doy, y aparentemente, el aprovecharse o perjudicar a la gente ya le tiene sin cuidado si consigue lo que quiere. Hace unos años un niño de unos 13 años se me acerco en la noche y me pidió unas monedas, busque en mis bolsillos y le di lo que llevaba en ellos en los mismos momentos en que el taxi que yo iba a abordar partía. Cuando el taxi se perdió, el niño saco una cuchilla, me la puso en el cuello, me arranco de un tirón la cadena de oro que me había regalado Omar y me exigió la chaqueta; mientras yo me la quitaba le pregunte: ¿Pero por que? ¿Yo te ayude?. Su respuesta fue demoledora: "Entre que tengai frío tú y que tenga frío yo, prefiero que tengai frío tu poh", se sonrío casi con odio y se fue...
En el fondo ese niño hizo lo mismo que Paola, que me dijo que para juntarse con sus amigos quería comprarse unos zapatos y una polera, yo la acompañe paciente, tienda por tienda y le consentí cada capricho de niña chica jugando al almacén, pero cuando, camino a casa, me abrió su cartera y me mostró la polera que había robado de una de las tiendas, mientras sonreia y me decia: "Amigo, no te enojes ¿ya?; en ese momento algo dentro de mi se rompió y ya no pude remendarlo mientras duro su visita.
¿Qué le pudo haber pasado en un año a Paola para que cambiara tanto? ¿O es solo que siempre fue así y yo no lo note hasta ahora?
La noche del asalto, cuando pude tomar un taxi que me llevara a mi casa, le comente al chofer lo ocurrido, y me comento que era un ladronzuelo bastante conocido en el sector.
_Pero eran las 4 de la mañana y ese niño estaba en la calle. ¿Dónde están los papas de esos niños...?
Y el taxista me contesto: _Preso.

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