Carta a Manuel.-


Santiago 12 de diciembre de 2006.-


Manu; esta es quizás una de las cartas mas difíciles que he escrito. El sábado se caso mi amiga Magdalena, ya tu lo sabias, el jueves salí con mis colegas y el tema fue ese.

Manuel, espero que lo entiendas, pero entre las conversaciones con mis colegas y el matrimonio, con todo lo que eso implica, y no hablo de la fiesta, sino de la ceremonia, el ambiente y la manifestación publica de un sentimiento y de un estado de felicidad pleno, además de la muerte de un conocido cercano, (era garzón en el local de mis amigos,) me di cuenta de que no puedo seguir haciéndote perder el tiempo a ti, ni engañándome yo; entendí que por un lado estas tu, sintiendo cosas por mi, tratando o complaciéndome en todo solo por verme contento y por el otro lado estoy yo, que si bien siento un gran afecto y gratitud por ti, además de la bien sabida atracción física, no te puedo retribuir ni tus atenciones ni el sentimiento. Te juro que me he esforzado, que lo intente, pero no puedo engañarme a mi mismo y de paso a ti, haciéndome creer que siento o que voy a sentir algo que no es.

De verdad no entiendo si quede muy dolido y traumatizado de mis relaciones anteriores y alguna parte de mi, que es la que me permitía sentí, se atrofio o que, pero tengo claro que tu te mereces algo mucho mejor que alguien que solo esta pensando en pasar contigo un buen rato.

Disculpa si no te llame o conteste el fin de semana, pero quería estar seguro de mi y tomarme tiempo para hacer lo correcto. Y creo que lo correcto es esto.

Manu, te juro que jamás actué de mala fe y que no ha sido mi intención abusar de ti. Espero eso lo tengas claro y que hayas sentido que cuando me abría a ti, era desde el fondo de mi corazón, con honestidad y transparencia, la misma que hoy me hace dar un paso al lado.

Te llamo mas tarde, cuando hayas leído esta carta, por que siento cobardía de enfrentarte y decírtelo desde mi boca. Aun así, espero que en tu gran bondad me perdones y que me permitas seguir siendo una presencia en tu vida, y llegar a ser algún día un apoyo para ti en tus momentos difíciles, como tú lo has sido para mí.

Te envió todo mi cariño y los mejores deseos. Un abrazo, Mauro.-

Comentarios

Entradas populares de este blog

La Blanca Navidad llega…

Berta

“Orgasmo” o “Fragmento de una conversación picara”