Abismo.-

Siji y yo siempre tuvimos una amistad especial, yo la explicaba diciendo que mi relación con el Pancho, su pareja, era como de un hijo con su papá, a Pancho se le piden consejos, ayuda y se le trata de impresionar con cada pequeño logro que el festeja afectuoso, pero también es el ceño fruncido y la palabra dura y sincera cuando debe serlo.Siji en cambio es el hermano mayor, ese al que uno le cuenta secretos, intimidades y maldades, ese que te cubre las espaldas y gustoso se vuelve tu cómplice. El Siji es el que festeja con mis tonteras, el de las comidas ricas, el pisco sour frío y la cera caliente que tanto nos hace reír.
El asunto es que mi amigo esta triste y se ve en sus ojos que creo conocer tan bien.
Siento que en alguna vuelta una luz en su interior se apago, y esa gracia natural, ese encanto tan sin par, que solía congregar a su alrededor a un grupo de perros fieles y habidos de su afecto, se volvió una actitud oscura, sombría y casi majadera que solo llama a los que no le conocen bien y se sienten atraídos hacia el, centro de cada reunión social, como polillas al fuego, sin saber que su frágil interior se deshace en esa soledad auto infringida.
Hace poco mas de un mes, trate de hacer a un lado mis asuntos, que hoy por hoy no son pocos, y de preocuparme más por el, conciente de la distancia que se empezaba a forjar y ansioso de retomar ese lazo que poco a poco se debilitaba.
Lo que encontré ese día fue al Siji frío y distante de las últimas semanas, que poco a poco y completo en mano, me mostró su calido interior y me hizo recordar por que lo quiero tanto.
Esa noche volví a mi casa con sensación de “MISION CUMPLIDA”, solo para encontrarme al día siguiente solo frente a las puertas de su peluquería cerrada y luego buscando por Providencia algún cafetín donde tragarme mi almuerzo y mi soledad.
No hice reclamo alguno, Siji es así, hay que conocerlo para quererlo, además, mas de una vez lo deje yo a el esperando unas pantrucas que termine comiéndome solo.
Días después hablamos y quebrado por el whisky que suele tomar en el escenario, me confeso que no era un buen momento, que lo dejara solo un rato, que estaba aburrido y enojado con el mundo y que me buscaría, cuando necesitara un hombro, mismo que yo le ofrecí y que hasta el día de hoy sigue disponible para el.
Pero el tiempo pasó y el Siji se encapsulo dentro de una coraza tan frívola y banal que nuestros temas y realidades se dispersaron aun más. Viendo que esto no tendría buen fin por su carácter de niño consentido con alma de pichón herido y mi genio de mierda, opte tontamente por alejarme aun mas esperando las aguas calmas, mismas que nunca llegaron.
Ayer su odio se volcó sobre mí con la fuerza de una erupción de palabras que no oían razones y que se fundaban en dimes y diretes sin sentido alguno.
Yo, dolido, me rehusé a pedir disculpas por cosas que no había hecho y que mas bien estaban dentro de su cabeza, alegando que tras 3 años de conocerme no podía simplemente dejarse llevar por apariencias y chismes.
Con sus ojos enrojecidos por el humo, el alcohol y la furia me dijo que entonces no había nada más que hablar y ordeno que todos partieran a sus casas. Cuando Francisco cerró las puertas del bar, sentí que de una forma u otra Siji también me cerraba las puertas de su corazón, y así me encamine a descansar, dejando mi vaso de ron a medio servir y con la certeza de que voy a tener que buscar otro amigo junto al cual envejecer…