"Traspapelada" o "De algun tiempo atras"



Mi muy estimado amigo; hace unos días cuando hablábamos de literatura, le comentaba yo lo mucho que me afectaba la lectura y que cual Quijote, que de tanto comer lentejas y leer novelas de caballería, termino perdiendo los estribos, yo mismo a veces termino confundiendo fantasía y realidad, cuanto mas, si  la primera me resulta mas atractiva y digna de ser vivida que la segunda.
Pero volviendo al motivo de la presente, la lectura de mi libro de misivas, mismo que adquirí en una de esas encantadoras veladas en que provistos de copas y alimentos para el cuerpo, siempre, de uno u otro modo, nos las ingeniamos para alimentar el alma y componer el mundo, y que me a afectado a un nivel que, seguramente, al leer estas líneas ya se le habrá hecho visible, y me ha hecho, por otra parte, recordar mi carta de amor favorita, misma que, pese a ser literaria, encumbra por lo muy alto los mas nobles sentimientos y que yo mismo releo una y otra vez en uno de esos añosos libros que acumulo en mi librero.
Curiosamente, dicho texto no sale en mi libro de cartas de amor, es de un fragmento de una obra llamada "El tren expreso", y fue escrita por Ramón de Campoamor. Ya que disfrutasteis tanto de la lectura de las de mi libro, te la remito a continuación;
Esperando que la disfrutes; Atentamente, Mauro.

«Mi carta, que es feliz, pues va a buscaros,
cuenta os dará de la memoria mía.
Aquel fantasma soy que, por gustaros,
juró estar viva a vuestro lado un día.
»Cuando lleve esta carta a vuestro oído
el eco de mi amor y mis dolores,
el cuerpo en que mi espíritu ha vivido
ya durmiendo estará bajo las flores.
»Por no dar fin a la ventura mía,
la escribo larga... casi interminable...
¡Mi agonía es la bárbara agonía
del que quiere evitar lo inevitable!
»Hundiéndose al morir sobre mi frente
el palacio ideal de mi quimera,
de todo mi pasado, solamente
esta pena que os doy borrar quisiera.
»Me rebelo a morir, pero es preciso...
¡El triste vive y el dichoso muere!...
¡Cuando quise morir, dios no lo quiso;
hoy que quiero vivir, Dios no lo quiere!
»¡Os amo, sí! Dejadme que habladora
me repita esta voz tan repetida;
que las cosas más íntimas ahora
se escapan de mis labios con mi vida.
»Hasta furiosa, a mí que ya no existo,
la idea de los celos me importuna;
¡juradme que esos ojos que me han visto
nunca el rostro verán de otra ninguna!
»Y si aquella mujer de aquella historia
vuelve a formar de nuevo vuestro encanto,
aunque os ame, gemid en mi memoria;
¡yo os hubiera también amado tanto!...
»Mas tal vez allá arriba nos veremos,
después de esta existencia pasajera,
cuando los dos, como en le tren, lleguemos
de vuestra vida a la estación postrera.
»¡Ya me siento morir!... El cielo os guarde.
Cuidad, siempre que nazca o muera el día,
de mirar al lucero de la tarde,
esa estrella que siempre ha sido mía.
»Pues yo desde ella os estaré mirando;
y como el bien con la virtud se labra,
para verme mejor, yo haré, rezando,
que Dios de par en par el cielo os abra.
»¡Nunca olvidéis a esta infeliz amante
que os cita, cuando os deja, para el cielo!
¡Si es verdad que me amasteis un instante,
llorad, porque eso sirve de consuelo!...
»¡Oh Padre de las almas pecadoras!
¡Conceded el perdón al alma mía!
¡Amé mucho, Señor, y muchas horas;
mas sufrí por más tiempo todavía!
»¡Adiós, adiós! Como hablo delirando,
no sé decir lo que deciros quiero.
Yo sólo sé de mí que estoy llorando,
que sufro, que os amaba y que me muero.»

Comentarios

Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mauro L. ha dicho que…
Carlos, en honor a la verdad, esa carta no fue dirigida a ti, era para otra persona que fue con quien encontré el libro de cartas que compre, pero es cierto, días después tu posteaste en tu blog la carta de tu abuelo a tu abuela y yo te mande el texto de Ramón de Campoamor para que lo conocieras.
Espero no decepcionarte, principalmente por que tú no eres un amigo “estimado”, sino uno “querido”.
Un abrazo grande Carlangas, tu sabes que te quiero mucho, Mauro
Este comentario ha sido eliminado por el autor.

Entradas populares de este blog

La Blanca Navidad llega…

Berta

“Orgasmo” o “Fragmento de una conversación picara”